¿Cuántas veces te has dicho: 'Esto debería ser más fácil'?
Spoiler: probablemente lo es. Pero tu negocio sigue hablando en difícil porque tú sigues intentando hacerlo todo sola.
Emprender puede sentirse como intentar dormir a un niño de dos años que no tiene sueño. Sabes lo que deberías hacer, pruebas canciones, negocias… pero a veces parece que nada funciona.
¿Y si te digo que emprender no tiene que ser tan complicado? Que hay una forma de hacerlo más ligero, más divertido y, sobre todo, más tuyo.
Voy a confesarte algo: en mis primeros años como mentora, me sentía como si tuviera que demostrarle al mundo que podía con todo. Como cuando organizas una cena en casa y acabas cocinando, sirviendo y recogiendo mientras los demás disfrutan. Intuición tenía de sobra, pero me faltaban datos. Me lanzaba a probar cosas y, aunque muchas salían bien, no tenía claro por qué funcionaban ni cómo replicarlas. Era como cocinar sin receta: a veces salía delicioso, y otras… incomible.
Un día, en medio de uno de esos caos autoprovocados, me senté con mi libreta (mi salvavidas) y dibujé dos columnas: intuición y datos. Me pregunté:
1️⃣ ¿Qué parte de mis decisiones viene de escuchar mi voz interna?
2️⃣ ¿Qué parte viene de analizar con cabeza?
Esa simple pregunta cambió mi forma de ver el emprendimiento.
Emprender no es blanco o negro, es yin y yang
No se trata de elegir entre instinto o lógica. Se trata de combinarlos. Porque lo que no se mide, no se mejora. Pero lo que no escuchas dentro, se pierde.
Antes de tomar una decisión importante, pregúntate:
1️⃣ ¿Qué me dice mi intuición sobre esto? (Esa sensación en el estómago que nunca falla).
2️⃣ ¿Qué me dicen los datos o las métricas que tengo? (Porque sí, tus números también hablan).
Ingresos y gastos: ¿Cuánto entra y cuánto sale cada mes? Si no sabes cuánto te cuesta un cliente o proyecto, estás yendo a ciegas.
Conversión: ¿Cuántas personas muestran interés y cuántas terminan comprando? Este dato es oro puro para afinar tus estrategias.
Tareas con retorno: ¿Cuáles son las actividades que te dan más resultados por menos tiempo y esfuerzo?
Seguimiento de clientes: ¿Cuántos repiten contigo? ¿Cuántos desaparecen tras la primera compra?
No necesitas ser experta en Excel para empezar. Con una hoja y algo de disciplina, puedes identificar patrones clave. No se trata de obsesionarte con los números, sino de medir lo que importa y usarlo para avanzar.
Si en tu negocio tienes tanto caos como en el dormitorio de tus hijos después de un día de juegos… necesitas un sistema.
3️⃣ ¿Qué sería lo peor que podría pasar si fallo? (Deja el drama, seguro que puedes lidiar con eso).
Cuando combinas estos tres pasos, empiezas a emprender desde un lugar más completo, más consciente, más tú.
Sé como la jardinera, venga
Había una vez una mujer que decidió crear su propio jardín. Era un espacio hermoso, lleno de flores que cuidaba con mucho amor. Cada día regaba las plantas, podaba las ramas, quitaba las malas hierbas... y, aunque el jardín florecía, ella terminaba agotada al final del día.
Un día, un anciano que pasaba por allí le dijo:
—¿Por qué no organizas tu jardín para que crezca con menos esfuerzo?
La mujer lo miró confundida.
—¿Cómo voy a hacerlo? Si no estoy aquí todo el tiempo, las malas hierbas tomarán el control.
El anciano sonrió y le mostró cómo organizar su jardín:
1️⃣ Separó las flores según sus necesidades de agua y luz.
2️⃣ Usó herramientas para regar y podar con más eficiencia.
3️⃣ Incluso contrató a un aprendiz para que la ayudara un par de días a la semana.
En pocas semanas, el jardín florecía más que nunca, y la mujer tenía tiempo para sentarse y disfrutar de su creación.
Y aquí viene el chiste:
¿Creías que iba a comparar el jardín con otra cosa? Jajaja, no, hoy me porto bien 😉.
Moraleja:
Tu negocio es como ese jardín. Puedes intentar hacerlo todo sola y terminar agotada, o puedes usar herramientas, rodearte de ayuda y permitirte disfrutar del proceso.
¿Cómo sería tu negocio si no estuvieras sola?
Emprender no significa saberlo todo. Significa saber qué preguntas hacer y tener a alguien que te ayude a responderlas.
Y eso es lo que hacemos en el Mentoring Club. No es solo un programa. Es una experiencia. Es un espacio para mujeres que quieren claridad, estrategia y paz mental en su negocio.
Diseñamos juntas un mapa claro.
Medimos lo que importa.
Tomamos decisiones con intención.
No necesitas cargar con todo sola. Y tampoco deberías.
Cuéntame, tengo ganas de saber de ti
¿Te has dejado llevar más por la intuición o por los datos en tu negocio?
¿Cómo podrías combinarlos mejor?
¿Qué es lo que más pesa en tus decisiones?
Descálzate, reflexiona y transforma. ❤️
PD 👉 El Mentoring Club cierra inscripciones.
Ojalá verte dentro.