MiniReto gratuito: día 3 - Toma decisiones sin ruido externo
Aprende a reducir la aprobación externa y deja de justificarte
El otro día salí de casa y me encontré con mi vecina. Nos cruzamos unas palabras y, sin darme cuenta, ella hizo algo que muchas veces nos sale automático: justificarse.
—Ostras, perdón, el otro día dejé a los perros solos y ladraron un montón. Lo pasan fatal, los pobres, pero tenía que ir al médico.
Yo la miré tranquila y le dije:
—No te preocupes por mí. A mí me preocupan ellos, no el ruido. Quédate tranquila y, si lo prefieres, otro día me dejas las llaves y voy a ver qué tal están.
Y ahí me di cuenta de algo interesante: solemos ser más compasivas con lo que conocemos de primera mano. Es fácil empatizar con lo que nos resulta familiar, pero ¿qué pasa con lo que no entendemos? Yo, que tengo niños pequeños que a veces la lían parda con lloros a medianoche, entendí su situación sin necesidad de que se justificara. Porque conozco ese caos, porque sé lo que es sentir culpa por molestar a otros con algo que no puedes controlar.
Y este "clic" es interesante porque toca una verdad profunda sobre la validación: nos cuesta soltar la culpa cuando creemos que la otra persona no podrá entendernos. Si mi vecina no hubiera tenido perros, ¿se habría disculpado igual? Si yo no tuviera hijos, ¿habría sido tan empática? ¿Cuántas veces nos justificamos solo porque creemos que la otra persona no nos entenderá?
En los negocios, pasa lo mismo. Buscamos aprobación antes de tomar decisiones porque tememos que quienes nos rodean no vean lo que vemos, no comprendan nuestras razones, no validen nuestras prioridades. Pero la clave no está en justificarte mejor, sino en confiar en que no necesitas la comprensión de todo el mundo para avanzar.
Nos preocupamos más por justificarnos que por hacer lo que realmente nos beneficia. Creemos que debemos explicarnos antes de que alguien siquiera lo cuestione. Pero, al igual que yo entendí a mi vecina sin que ella se disculpara, muchas veces no hace falta justificarnos tanto como creemos.
Hoy vamos a hablar de decisiones. Pero no de cualquier tipo de decisiones, sino de las que nos desgastan innecesariamente para que minimicemos la aprobación externa.
Lo que vas a descubrir hoy:
Cómo diferenciar entre una decisión estratégica y una decisión tomada por presión.
Cuándo una justificación es innecesaria y solo drena tu energía.
Un proceso de exposición gradual para que te entrenes en tomar decisiones sin culpa.
Ejercicio de hoy
No se trata de cambiar todo de golpe, sino de practicarlo paso a paso. Como lo que os contaba ayer que estoy haciendo para hablar inglés: primero hablé con la profe, luego con una amiga, luego con un desconocido en una cafetería…
Hoy empezaremos suave y vamos subiendo de nivel. Yo te acompaño.
Primer paso:: Hoy simplemente observa. Durante el día, fíjate en las veces que sientes la necesidad de justificar una decisión. No hagas nada todavía, solo toma nota mental.
Cuéntame en comentarios cómo se siente. Qué tipo de decisiones te cuesta más tomar sin justificarte, y así intento darte guía, si lo necesitas.
Segundo paso: A partir de aquí, siempre que notes que estás a punto de justificarte, para un segundo y reformula. En lugar de "perdón por no responder antes", prueba con "gracias por tu paciencia". Pequeños cambios que reprograman el cerebro.
Tercer paso: Cuando te sientas lista, elige una decisión que te haya costado tomar por miedo a qué pensarán los demás. Haz lo que de verdad querrías hacer, sin justificarte.
Este es el momento en que tu liderazgo se expande.
Recuerda: Esto es un entrenamiento. No hay prisa. Hazlo a tu ritmo.
Con este ejercicio, no solo consigues validarte y priorizarte.
Sino que, además, conectas con tu vulnerabilidad. ¿Y qué pasa aquí? Justo lo de mi vecina, los perros y tal: expandimos nuestra compasión y rebajamos nuestra autoexigencia.
Nos sale de manera natural ponernos en los zapatos de los demás cuando su situación se parece a la nuestra. Pero ¿qué pasa cuando no? ¿Cómo podemos ampliar nuestra compasión más allá de lo que nos resulta familiar?
Conectando con nuestra vulnerabilidad, como estamos haciendo hoy. Ser conscientes de nuestras propias dificultades nos hace más sensibles a las de los demás. Esto se puede aplicar en liderazgo, en negocios, en crianza, en relaciones… Convertimos la sensibilidad en una habilidad que potencie nuestras interacciones, que, incluso, nos llevará a ayudar -ergo, a vender- más.
¿Te das cuenta?
Es brutal el querernos. Quieréndonos, somos mejores empresarias.
Las decisiones empresariales deben estar alineadas con objetivos claros, no con la necesidad de justificarse. En cada negocio hay márgenes, precios, posicionamiento y estrategias que requieren foco y ejecución, no explicaciones innecesarias. Este es el tipo de cosas que una misma a veces no se ve, por eso os acompañamos en los procesos individuales.
¡Mañana seguimos!
Txell!
Me ha encantado el segundo paso: "Segundo paso: A partir de aquí, siempre que notes que estás a punto de justificarte, para un segundo y reformula. En lugar de "perdón por no responder antes", prueba con "gracias por tu paciencia". Pequeños cambios que reprograman el cerebro."
Sinceramente, es algo que estoy aprendiendo mucho, el pedir perdón sin realmente ser necesario. Cuando te he leído, he sentido un pequeño "click" en mi interior. Voy a empezar a aplicar tu propuesta, porque transforma radicalmente la mirada. En lugar de percibir la tardanza en la respuesta como algo que uno mismo ha hecho mal (cuando no lo es), a ver y reconocer al otro por tener paciencia. Cambia totalmente.
¡Muchas gracias de nuevo y seguimos aprendiendo!
Gracias por compartir esto! Me quedo con 2 cosas:
- lo de saber si entendemos a la otra persona solo si nosotros hemos vivido algo parecido. Yo nunca he sufrido ansiedad ni nada y mi yo anterior siempre le daba poca importancia pero un día mi cabeza hizo click: no tengo ni la más remota idea de cómo se siente la otra persona, si esto le genera ansiedad aunque a mí me parezca una chorrada...pues igual hay que ser más empático
- lo de justificarse es tal cual explicas, voy a reenviarle esto a mi mujer que muchas veces "discutimos" porque yo le digo que no se justifique, que tire palante.