Me ha encantado el segundo paso: "Segundo paso: A partir de aquí, siempre que notes que estás a punto de justificarte, para un segundo y reformula. En lugar de "perdón por no responder antes", prueba con "gracias por tu paciencia". Pequeños cambios que reprograman el cerebro."
Sinceramente, es algo que estoy aprendiendo mucho, el pedir perdón sin realmente ser necesario. Cuando te he leído, he sentido un pequeño "click" en mi interior. Voy a empezar a aplicar tu propuesta, porque transforma radicalmente la mirada. En lugar de percibir la tardanza en la respuesta como algo que uno mismo ha hecho mal (cuando no lo es), a ver y reconocer al otro por tener paciencia. Cambia totalmente.
Ese “click” que has sentido es más importante de lo que parece. No es solo comunicación, es liderazgo emocional. Porque cada vez que eliges no pedir perdón por existir, por no estar disponible 24/7, por tener tus ritmos… estás reprogramando el sistema operativo con el que operas tu negocio y tu vida.
Esta forma de expresarte —desde la responsabilidad y no desde la culpa— te posiciona diferente también como profesional. El “gracias por tu paciencia” no es solo una frase más amable, es una estrategia: genera conexión sin colocarte por debajo, y además fortalece relaciones desde la igualdad, no desde la sumisión.
Lo que tú llamas “pequeños cambios” son en realidad grandes movimientos de poder. Así que enhorabuena. Esto también es construir una empresa con propósito: cuando la forma en que te comunicas está alineada con el respeto que quieres para ti y para tus client@s.
Siento que el proceso de ir transformando nuestra manera de relacionarnos—porque, en el fondo, de eso estás hablando (con nosotros mismos, con los demás, con el trabajo, etc.)—es algo que me apasiona y que nunca termina. Además, nos muestra algo que está en nosotros y que tiene que ver con la manera en la que fuimos acompañados en la infancia, algo que muchas veces está por encima de quiénes somos realmente. Me refiero a lo que mencionas como "sumisión y culpa", como si estuviera "mal" ser quienes somos.
Ahora, como padre de una niña de (casi) dos años y como parte del mundo de la educación y su transformación, soy muy consciente de que la forma en la que acompañamos la infancia moldea y crea las estructuras internas que sustentan nuestra manera de relacionarnos con todo. Por lo tanto, empezar a transformar estas estructuras comienza con estos pequeños/grandes movimientos o "clics" que nos permiten, poco a poco, volver a confiar en nosotros mismos y amarnos sinceramente.
Mientras escribo este mensaje, me vienen a la cabeza dos cosas:
La primera es que lo que tú haces a través de las empresas y los negocios es, en el fondo, ayudar a las personas a reconectar consigo mismas y comenzar un camino de transformación, reconocimiento y libertad. De algún modo, podría parecerse a un proceso terapéutico vestido de emprendimiento, con muchísimas capas de humanismo, amor, consciencia y ciencia. Y siento que lo que haces es muy difícil, pero me parece maravilloso y necesario. Creo que por eso conecto tanto con tu mensaje, tu manera de hacer y contigo.
La segunda tiene que ver con la forma en la que estamos criando y educando a nuestra hija. Siento que el hecho de hacerlo dentro de un marco de educación libre y viva nos acerca mucho a todo lo que estamos comentando, desde su concepción y su infancia. Es decir, la estamos acompañando desde el reconocimiento, la validación, el no juicio, el respeto, el amor y los límites que cuidan. Y siento que esta manera nos transforma como padres, pero también permite que nuestra hija pueda ser, que aprenda a relacionarse con amor y respeto, porque nosotros también la vemos como una persona, de tú a tú, y no desde un lugar de poder o autoridad basado en el autoritarismo. Comparto esto porque en todo veo conexiones, y tu mensaje me ha hecho pensar en ello.
Deseo que sirva de inspiración y conversación entre tod@s.
Leerte es sido un regalo, porque lo que compartes no solo resuena: amplifica
Sí, se trata de transformar cómo nos relacionamos: con nosotros mismos, con el trabajo, con la infancia, con el poder.
Y es precioso ver cómo lo estás encarnando tanto desde tu rol como padre como desde tu compromiso con la educación. Porque al final no hay tanta diferencia entre acompañar una vida y liderar una empresa: todo empieza en cómo nos miramos… y cómo miramos al otro.
Y cuando dices que lo que hago “parece terapéutico vestido de emprendimiento”, me dejas sin palabras.
Tal vez porque es exactamente eso. Con toda la intención.
Porque el negocio, al final, solo es la excusa.
El propósito real es volver a casa.
Gracias por sumar tanta mirada y tanta luz. Seguimos caminando 🤍
Me ha encantado leer a Txell y leerte a ti Xavier. Mientras lo hacía pensaba que tengo que aplicarme el cuento, porque muchas veces hablo, explico el poder que tienes las palabras ante los otros.
Leyendo la frase "perdón por no responder antes" he conectado con una parte de mi que creo que esta relacionado con las expectativas y por eso si algo no sale como se esperaba o a tiempo suelo decir "disculpa", "perdona", "lamento lo que ha pasado", "siento la demora" "me sabe mal que no hayas conseguido el acuerdo buscado". La verdad, es que después de leeros me da que son justificaciones innecesarias muchas veces y que llevan una carga negativa y quizás poca empatía conmigo misma. En cambio, me doy cuenta de que frases como "gracias por tu paciencia" generan una comunicación más positiva y asertiva. Así que, me toca también seguir trabajando en reprogramar mis mente para hablar en positivo sin culpas.
De hecho, al escribir este mensaje, he estado a punto de comenzar con un "Perdonad por intervenir con mi aportación", pero elegí validar vuestras reflexiones en su lugar. Y sabéis, me siento mucho mejor porque he podido expresarme de forma libre y respetuosa, de algun modo he evitado situarme en una posición de inferioridad o debilidad.
En fin, gracias como siempre por generar estos espacios de aprendizaje y reflexión.
Para nada interfieres! Todo lo contrario! Es un espacio de comunicación entre tod@s, o al menos lo vivo así. Lo bonito es esto, justamente! Compartir e interactuar!
Sobre lo que dices, te entiendo y en muchas situaciones yo también me siento como tú. Así que no estamos sol@s, y seguimos caminando para crecer, madurar y ser cada día un poquito más nosotr@s mism@s.
Montse, ojalá más gente se atreviera a escribir con esta honestidad. Porque lo que estás haciendo aquí no es “una aportación”: es un ejercicio de autoliderazgo en directo.
Te estás observando, cuestionando tu lenguaje automático, tomando conciencia de las palabras que usas… y eso no es poca cosa. Porque, como bien sabes tú como mediadora, el lenguaje moldea realidades. Pero también roles, jerarquías, y hasta la relación que tenemos con nosotras mismas.
Decir “gracias por tu paciencia” en lugar de “perdón por la demora” no es solo un cambio de tono. Es una declaración de intenciones. Es dejar de mendigar aprobación para empezar a sostener tu valor incluso en la imperfección.
Desde una perspectiva más estratégica, esto también es branding personal. Porque no solo comunicamos lo que hacemos: comunicamos cómo nos tratamos. Y eso, créeme, se nota.
Así que sí, has hecho mucho más que compartir un comentario: acabas de dar un ejemplo precioso de liderazgo femenino sin disculpas, sin culpa, y sin pedir permiso. Gracias a ti
- lo de saber si entendemos a la otra persona solo si nosotros hemos vivido algo parecido. Yo nunca he sufrido ansiedad ni nada y mi yo anterior siempre le daba poca importancia pero un día mi cabeza hizo click: no tengo ni la más remota idea de cómo se siente la otra persona, si esto le genera ansiedad aunque a mí me parezca una chorrada...pues igual hay que ser más empático
- lo de justificarse es tal cual explicas, voy a reenviarle esto a mi mujer que muchas veces "discutimos" porque yo le digo que no se justifique, que tire palante.
Ese click que comentas es importante: no hace falta haber vivido lo mismo para validar el sentir del otro, pero sí tener herramientas para no proyectar nuestra lógica como si fuera universal. Eso sirve tanto en pareja como en liderazgo o comunicación de marca.
Y lo de justificarse... totalmente. Por eso trabajo tanto los límites estratégicos: no solo para “defendernos”, sino para ahorrar energía y tomar decisiones más rápidas y coherentes. Yes que cuando alguien se justifica mucho, muchas veces lo que necesita no es más información, sino más estructura (de roles, de decisiones, de tiempos).
Gracias por reenviárselo :D Que estos temas se hablen en casa es una pasada
A mi el texto de ayer me vino fenomenal. Me operaron el 10 de marzo de una hernia y la cirujana me comentó que la baja era de 35 a 45 días. A mi eso me resultó arrollador.
Y durante estas semanas, he sentido que estaba justificándome todo el rato. Si me sentía bien, tenía que trabajar. Si me encontraba mal, no me permitía parar o si lo hacía me justificaba con “se me ha infectado la herida y me han recomendado descansar” en fin, ha sido un gran aprendizaje. De hecho, lo está siendo cada día.
También me he dado cuenta de cuanto nos exigimos nosotras mismas y a veces, no nos hablamos lo bien que deberíamos y merecemos. Pero este es otro tema importante!
Gracias a Descalza estas semanas me he sentido más conectada, dentro de la desconexión que tenía dentro de mi.
Es que es tal cual lo cuentas: a veces el ruido externo también se nos cuela como voz interna -exigencia, culpa, necesidad de justificar cada decisión.
Y suena 'hippie', pero no. Vamos, que en las empresas que perduran el descanso no es un lujo, es una decisión de gestión energética. Igual que optimizamos recursos o revisamos márgenes, debemos revisar dónde ponemos nuestra energía y si ese uso es rentable (personal y profesionalmente). El retorno del descanso existe: más claridad, mejores decisiones, menos errores.
Gracias por estar tan cerca. Y que vaya súper bien todo el proceso (haz caso a los médicos, porfi).
PD Cuidarnos también es hablar con nosotras como hablaríamos con alguien a quien admiramos. Así que date las gracias de mi parte, porfa
Me encanta descalza y estos retos que me permiten analizar y poner la mirada donde debo, a veces cuesta parar a analizar y reconocernos nuestros éxitos.
Cuando dejé mi trabajo en el banco, lo hice de manera estratégica,( sin indemnización ni paro) pero con un empleo a horas que me permitía avanzar mientras analizaba que hacer y como hacerlo, los riesgos en caso de que no funcionara (2 años de tomar esa decisión hoy hablar por las redes a una tal Txell Costa, luego compre un libro suyo...y me fue impulsado aunque el impulso mas importante fue creer en mi). En el banco no me sentía alineada en valores pero me conservo amistades muy bonitas y conocí a personas con gran humanidad, a día de hoy la jefa de recursos humanos me recuerda con cariño y se ha interesado por mi proyecto. Tenía claro dónde quería estar en 2025, y sigo en ese camino.
Pero también he tomado decisiones bajo presión, cómo cuando me fui de la empresa donde prestaba mis servicios como mediadora. Lo hice porque ya no estaba alineada con sus valores, sentia asfixiada como profesional, poco escuchada y cuando lo hacían era para decirme nosotros sabemos tu eres muy emocional (vale si, pero también racional los números del banco no tienen corazón). Entre mis funciones estaba coordinar equipos, y a mí me gustaba hacerlo de forma cercana, más horizontal que vertical. Sin embargo, escuchaba constantemente que tenía que "hacer valer los galones". Vale, sí, era mi responsabilidad, pero hay maneras y maneras. Así que me fui, y tras mi partida lo hicieron personas a las que coordinaba.
A día de hoy, sigo en contacto con aproximadamente el 80% de las persona que coordine y de vez en cuando quedamos para comer, y sé que hablan bien de mí y de mi proyecto.... Así que creo que lo hice bien. Respecto a la empresa, la persona que me sustituyó sigue hablando de lo e mal que hice mi trabajo, en fin serafín para gusto colores. Sin embargo, los jefes me reconocieron que la empresa había crecido, y personas que conocí técnicos y otros profesionales me tienen muy presente en positivo, y para mi eso es lo importante mi trabajo y mi personalidad llego.
Y sí, durante mucho tiempo me justifiqué por mi decisión de irme y dar forma jurídica a mi empresa como SL, y eso drenaba mi energía y afectaba a mi empresa. Pero ya no me justifico; ahora me felicito. La culpa ya no esta tan presente en mi. Aunque, claro, eso ha supuesto un trabajo personal y empresarial.
Pd.: Se que me descalzo y me pongo cómoda, pero me siento en un espacio seguro.
Montse, tú no te descalzas: tú te coronas cada vez que compartes así jajaja ADORO
Porque lo que acabas de narrar no es solo una historia personal, es una hoja de ruta estratégica de cómo liderar un negocio desde los valores… y con ovarios bien puestos.
Dejar un trabajo “estable”, tomar decisiones que incomodan al entorno, priorizar el respeto propio por encima de la validación ajena, sostener una empresa sin necesidad de justificarse… todo eso no solo requiere coraje, requiere visión. Y tú la tenías. La diferencia es que ahora también la honras.
Y eso, querida, es un punto de inflexión en cualquier negocio: cuando dejamos de pedir permiso para existir profesionalmente y empezamos a reconocernos como las líderes de nuestra empresa. No solo las fundadoras: las responsables del impacto que generamos.
Desde un enfoque de estrategia empresarial:
– Construiste marca personal sin darte cuenta, porque sigues en el recuerdo emocional y profesional de quienes trabajaron contigo.
– Hiciste un reposicionamiento de tu carrera (del banco a la mediación) que responde a un propósito y a una estructura de riesgo controlado (esa transición con trabajo parcial es de manual).
– Has sostenido tu comunidad desde la autenticidad, y eso fideliza mucho más que cualquier funnel.
Tu historia no es solo bonita, es sólida. Así que sí, celebro contigo que ya no te justifiques. Porque tu empresa necesita tu energía en modo expansión, no en modo culpa.
Gracias por estar tan presente en este espacio. Aquí no solo te puedes descalzar. Puedes también sentarte con la espalda recta y la voz alta: porque lo que aportas, deja poso.
Txell!
Me ha encantado el segundo paso: "Segundo paso: A partir de aquí, siempre que notes que estás a punto de justificarte, para un segundo y reformula. En lugar de "perdón por no responder antes", prueba con "gracias por tu paciencia". Pequeños cambios que reprograman el cerebro."
Sinceramente, es algo que estoy aprendiendo mucho, el pedir perdón sin realmente ser necesario. Cuando te he leído, he sentido un pequeño "click" en mi interior. Voy a empezar a aplicar tu propuesta, porque transforma radicalmente la mirada. En lugar de percibir la tardanza en la respuesta como algo que uno mismo ha hecho mal (cuando no lo es), a ver y reconocer al otro por tener paciencia. Cambia totalmente.
¡Muchas gracias de nuevo y seguimos aprendiendo!
Ayyyy!!!!!! QUE BÉ, QUE BÉ, QUE BÉ!!!
Ese “click” que has sentido es más importante de lo que parece. No es solo comunicación, es liderazgo emocional. Porque cada vez que eliges no pedir perdón por existir, por no estar disponible 24/7, por tener tus ritmos… estás reprogramando el sistema operativo con el que operas tu negocio y tu vida.
Esta forma de expresarte —desde la responsabilidad y no desde la culpa— te posiciona diferente también como profesional. El “gracias por tu paciencia” no es solo una frase más amable, es una estrategia: genera conexión sin colocarte por debajo, y además fortalece relaciones desde la igualdad, no desde la sumisión.
Lo que tú llamas “pequeños cambios” son en realidad grandes movimientos de poder. Así que enhorabuena. Esto también es construir una empresa con propósito: cuando la forma en que te comunicas está alineada con el respeto que quieres para ti y para tus client@s.
¡Seguimos, seguimos!
Txell!
GRACIAS de nuevo por este mensaje.
Siento que el proceso de ir transformando nuestra manera de relacionarnos—porque, en el fondo, de eso estás hablando (con nosotros mismos, con los demás, con el trabajo, etc.)—es algo que me apasiona y que nunca termina. Además, nos muestra algo que está en nosotros y que tiene que ver con la manera en la que fuimos acompañados en la infancia, algo que muchas veces está por encima de quiénes somos realmente. Me refiero a lo que mencionas como "sumisión y culpa", como si estuviera "mal" ser quienes somos.
Ahora, como padre de una niña de (casi) dos años y como parte del mundo de la educación y su transformación, soy muy consciente de que la forma en la que acompañamos la infancia moldea y crea las estructuras internas que sustentan nuestra manera de relacionarnos con todo. Por lo tanto, empezar a transformar estas estructuras comienza con estos pequeños/grandes movimientos o "clics" que nos permiten, poco a poco, volver a confiar en nosotros mismos y amarnos sinceramente.
Mientras escribo este mensaje, me vienen a la cabeza dos cosas:
La primera es que lo que tú haces a través de las empresas y los negocios es, en el fondo, ayudar a las personas a reconectar consigo mismas y comenzar un camino de transformación, reconocimiento y libertad. De algún modo, podría parecerse a un proceso terapéutico vestido de emprendimiento, con muchísimas capas de humanismo, amor, consciencia y ciencia. Y siento que lo que haces es muy difícil, pero me parece maravilloso y necesario. Creo que por eso conecto tanto con tu mensaje, tu manera de hacer y contigo.
La segunda tiene que ver con la forma en la que estamos criando y educando a nuestra hija. Siento que el hecho de hacerlo dentro de un marco de educación libre y viva nos acerca mucho a todo lo que estamos comentando, desde su concepción y su infancia. Es decir, la estamos acompañando desde el reconocimiento, la validación, el no juicio, el respeto, el amor y los límites que cuidan. Y siento que esta manera nos transforma como padres, pero también permite que nuestra hija pueda ser, que aprenda a relacionarse con amor y respeto, porque nosotros también la vemos como una persona, de tú a tú, y no desde un lugar de poder o autoridad basado en el autoritarismo. Comparto esto porque en todo veo conexiones, y tu mensaje me ha hecho pensar en ello.
Deseo que sirva de inspiración y conversación entre tod@s.
Gracias otra vez por generar estos espacios.
¡Un abrazo!
Xavier… gracias. De corazón.
Leerte es sido un regalo, porque lo que compartes no solo resuena: amplifica
Sí, se trata de transformar cómo nos relacionamos: con nosotros mismos, con el trabajo, con la infancia, con el poder.
Y es precioso ver cómo lo estás encarnando tanto desde tu rol como padre como desde tu compromiso con la educación. Porque al final no hay tanta diferencia entre acompañar una vida y liderar una empresa: todo empieza en cómo nos miramos… y cómo miramos al otro.
Y cuando dices que lo que hago “parece terapéutico vestido de emprendimiento”, me dejas sin palabras.
Tal vez porque es exactamente eso. Con toda la intención.
Porque el negocio, al final, solo es la excusa.
El propósito real es volver a casa.
Gracias por sumar tanta mirada y tanta luz. Seguimos caminando 🤍
Hola Xavier,
Me ha encantado leer a Txell y leerte a ti Xavier. Mientras lo hacía pensaba que tengo que aplicarme el cuento, porque muchas veces hablo, explico el poder que tienes las palabras ante los otros.
Leyendo la frase "perdón por no responder antes" he conectado con una parte de mi que creo que esta relacionado con las expectativas y por eso si algo no sale como se esperaba o a tiempo suelo decir "disculpa", "perdona", "lamento lo que ha pasado", "siento la demora" "me sabe mal que no hayas conseguido el acuerdo buscado". La verdad, es que después de leeros me da que son justificaciones innecesarias muchas veces y que llevan una carga negativa y quizás poca empatía conmigo misma. En cambio, me doy cuenta de que frases como "gracias por tu paciencia" generan una comunicación más positiva y asertiva. Así que, me toca también seguir trabajando en reprogramar mis mente para hablar en positivo sin culpas.
De hecho, al escribir este mensaje, he estado a punto de comenzar con un "Perdonad por intervenir con mi aportación", pero elegí validar vuestras reflexiones en su lugar. Y sabéis, me siento mucho mejor porque he podido expresarme de forma libre y respetuosa, de algun modo he evitado situarme en una posición de inferioridad o debilidad.
En fin, gracias como siempre por generar estos espacios de aprendizaje y reflexión.
Muchas gracias Montse por tu aportación!
Para nada interfieres! Todo lo contrario! Es un espacio de comunicación entre tod@s, o al menos lo vivo así. Lo bonito es esto, justamente! Compartir e interactuar!
Sobre lo que dices, te entiendo y en muchas situaciones yo también me siento como tú. Así que no estamos sol@s, y seguimos caminando para crecer, madurar y ser cada día un poquito más nosotr@s mism@s.
Un abrazo!🤗
Montse, ojalá más gente se atreviera a escribir con esta honestidad. Porque lo que estás haciendo aquí no es “una aportación”: es un ejercicio de autoliderazgo en directo.
Te estás observando, cuestionando tu lenguaje automático, tomando conciencia de las palabras que usas… y eso no es poca cosa. Porque, como bien sabes tú como mediadora, el lenguaje moldea realidades. Pero también roles, jerarquías, y hasta la relación que tenemos con nosotras mismas.
Decir “gracias por tu paciencia” en lugar de “perdón por la demora” no es solo un cambio de tono. Es una declaración de intenciones. Es dejar de mendigar aprobación para empezar a sostener tu valor incluso en la imperfección.
Desde una perspectiva más estratégica, esto también es branding personal. Porque no solo comunicamos lo que hacemos: comunicamos cómo nos tratamos. Y eso, créeme, se nota.
Así que sí, has hecho mucho más que compartir un comentario: acabas de dar un ejemplo precioso de liderazgo femenino sin disculpas, sin culpa, y sin pedir permiso. Gracias a ti
Gracias por compartir esto! Me quedo con 2 cosas:
- lo de saber si entendemos a la otra persona solo si nosotros hemos vivido algo parecido. Yo nunca he sufrido ansiedad ni nada y mi yo anterior siempre le daba poca importancia pero un día mi cabeza hizo click: no tengo ni la más remota idea de cómo se siente la otra persona, si esto le genera ansiedad aunque a mí me parezca una chorrada...pues igual hay que ser más empático
- lo de justificarse es tal cual explicas, voy a reenviarle esto a mi mujer que muchas veces "discutimos" porque yo le digo que no se justifique, que tire palante.
¡Gracias por compartirlo!
Ese click que comentas es importante: no hace falta haber vivido lo mismo para validar el sentir del otro, pero sí tener herramientas para no proyectar nuestra lógica como si fuera universal. Eso sirve tanto en pareja como en liderazgo o comunicación de marca.
Y lo de justificarse... totalmente. Por eso trabajo tanto los límites estratégicos: no solo para “defendernos”, sino para ahorrar energía y tomar decisiones más rápidas y coherentes. Yes que cuando alguien se justifica mucho, muchas veces lo que necesita no es más información, sino más estructura (de roles, de decisiones, de tiempos).
Gracias por reenviárselo :D Que estos temas se hablen en casa es una pasada
Me uno a vuestros comentarios!
A mi el texto de ayer me vino fenomenal. Me operaron el 10 de marzo de una hernia y la cirujana me comentó que la baja era de 35 a 45 días. A mi eso me resultó arrollador.
Y durante estas semanas, he sentido que estaba justificándome todo el rato. Si me sentía bien, tenía que trabajar. Si me encontraba mal, no me permitía parar o si lo hacía me justificaba con “se me ha infectado la herida y me han recomendado descansar” en fin, ha sido un gran aprendizaje. De hecho, lo está siendo cada día.
También me he dado cuenta de cuanto nos exigimos nosotras mismas y a veces, no nos hablamos lo bien que deberíamos y merecemos. Pero este es otro tema importante!
Gracias a Descalza estas semanas me he sentido más conectada, dentro de la desconexión que tenía dentro de mi.
Sois inspiración. 🤎
Celia, que me emocionas, por favor!!!!
Es que es tal cual lo cuentas: a veces el ruido externo también se nos cuela como voz interna -exigencia, culpa, necesidad de justificar cada decisión.
Y suena 'hippie', pero no. Vamos, que en las empresas que perduran el descanso no es un lujo, es una decisión de gestión energética. Igual que optimizamos recursos o revisamos márgenes, debemos revisar dónde ponemos nuestra energía y si ese uso es rentable (personal y profesionalmente). El retorno del descanso existe: más claridad, mejores decisiones, menos errores.
Gracias por estar tan cerca. Y que vaya súper bien todo el proceso (haz caso a los médicos, porfi).
PD Cuidarnos también es hablar con nosotras como hablaríamos con alguien a quien admiramos. Así que date las gracias de mi parte, porfa
Me encanta descalza y estos retos que me permiten analizar y poner la mirada donde debo, a veces cuesta parar a analizar y reconocernos nuestros éxitos.
Cuando dejé mi trabajo en el banco, lo hice de manera estratégica,( sin indemnización ni paro) pero con un empleo a horas que me permitía avanzar mientras analizaba que hacer y como hacerlo, los riesgos en caso de que no funcionara (2 años de tomar esa decisión hoy hablar por las redes a una tal Txell Costa, luego compre un libro suyo...y me fue impulsado aunque el impulso mas importante fue creer en mi). En el banco no me sentía alineada en valores pero me conservo amistades muy bonitas y conocí a personas con gran humanidad, a día de hoy la jefa de recursos humanos me recuerda con cariño y se ha interesado por mi proyecto. Tenía claro dónde quería estar en 2025, y sigo en ese camino.
Pero también he tomado decisiones bajo presión, cómo cuando me fui de la empresa donde prestaba mis servicios como mediadora. Lo hice porque ya no estaba alineada con sus valores, sentia asfixiada como profesional, poco escuchada y cuando lo hacían era para decirme nosotros sabemos tu eres muy emocional (vale si, pero también racional los números del banco no tienen corazón). Entre mis funciones estaba coordinar equipos, y a mí me gustaba hacerlo de forma cercana, más horizontal que vertical. Sin embargo, escuchaba constantemente que tenía que "hacer valer los galones". Vale, sí, era mi responsabilidad, pero hay maneras y maneras. Así que me fui, y tras mi partida lo hicieron personas a las que coordinaba.
A día de hoy, sigo en contacto con aproximadamente el 80% de las persona que coordine y de vez en cuando quedamos para comer, y sé que hablan bien de mí y de mi proyecto.... Así que creo que lo hice bien. Respecto a la empresa, la persona que me sustituyó sigue hablando de lo e mal que hice mi trabajo, en fin serafín para gusto colores. Sin embargo, los jefes me reconocieron que la empresa había crecido, y personas que conocí técnicos y otros profesionales me tienen muy presente en positivo, y para mi eso es lo importante mi trabajo y mi personalidad llego.
Y sí, durante mucho tiempo me justifiqué por mi decisión de irme y dar forma jurídica a mi empresa como SL, y eso drenaba mi energía y afectaba a mi empresa. Pero ya no me justifico; ahora me felicito. La culpa ya no esta tan presente en mi. Aunque, claro, eso ha supuesto un trabajo personal y empresarial.
Pd.: Se que me descalzo y me pongo cómoda, pero me siento en un espacio seguro.
Montse, tú no te descalzas: tú te coronas cada vez que compartes así jajaja ADORO
Porque lo que acabas de narrar no es solo una historia personal, es una hoja de ruta estratégica de cómo liderar un negocio desde los valores… y con ovarios bien puestos.
Dejar un trabajo “estable”, tomar decisiones que incomodan al entorno, priorizar el respeto propio por encima de la validación ajena, sostener una empresa sin necesidad de justificarse… todo eso no solo requiere coraje, requiere visión. Y tú la tenías. La diferencia es que ahora también la honras.
Y eso, querida, es un punto de inflexión en cualquier negocio: cuando dejamos de pedir permiso para existir profesionalmente y empezamos a reconocernos como las líderes de nuestra empresa. No solo las fundadoras: las responsables del impacto que generamos.
Desde un enfoque de estrategia empresarial:
– Construiste marca personal sin darte cuenta, porque sigues en el recuerdo emocional y profesional de quienes trabajaron contigo.
– Hiciste un reposicionamiento de tu carrera (del banco a la mediación) que responde a un propósito y a una estructura de riesgo controlado (esa transición con trabajo parcial es de manual).
– Has sostenido tu comunidad desde la autenticidad, y eso fideliza mucho más que cualquier funnel.
Tu historia no es solo bonita, es sólida. Así que sí, celebro contigo que ya no te justifiques. Porque tu empresa necesita tu energía en modo expansión, no en modo culpa.
Gracias por estar tan presente en este espacio. Aquí no solo te puedes descalzar. Puedes también sentarte con la espalda recta y la voz alta: porque lo que aportas, deja poso.